martes, 28 de agosto de 2012

CHINA ADOPCIÓN. ORFANATO DE LEIZHOU, PROVINCIA DE GUANGDONG

Recepción en el edificio donde están los niños (1º piso salas-cuna)






Nuestra guía, los niños, Javi sacando fotos, personal del orfanato. Yo intentando entender cómo iba a ser la visita.



La visita al orfanato estaba organizada a un estilo muy diferente al que esperábamos. Una recepción en la sala de la entrada y directos a comer a un restaurante con el equipo de administración. El director del orfanato disculpaba su asistencia a la comida.

En ningún momento se incluía en la visita ver a los niños, entrar en sus salas o hablar con las cuidadoras. Pero conseguimos que estos formalismos desaparecieran al menos en esto último: vimos a los niños (no estaban permitidas fotos) y a las cuidadoras.                                                            


Sala de recepción: la única sala común para visitas, reuniones etc...

El Director del Orfanato y las frutas y te para nuestra bienvenida


Tuvimos que insistir en que queríamos ver a los bebés. Ni siquiera nuestra guía entendía el por qué. Creían que con abrazar mucho a la niña y con visitar las oficinas serían suficiente. Se equivocaban, ya que el objeto de nuestra visita era conocer a las personas que habían criado a Lei Jin Ying durante su primer año de vida y comprobar que las condiciones eran las adecuadas. Supongo que es la esperanza de toda madre y todo padre.

Como no indicaban el camino hacia las salas donde estaban los niños, le pedí a Lei Jin Ying que subiese las escaleras. Habíamos recorrido la planta baja y sabíamos que no estaban allí. El truco funcionó, todos le siguieron y subimos al piso de arriba. Eso sí, no estaban permitidas la fotos. Criterio que me parece muy adecuado pensando en los niños. A mí no me hubiera gustado que personas desconocidas fotografiasen a mi hija mientras estaba en el orfanato.



Acceso al 1º piso: dormitorio de los niños, prohibido fotos


Al llegar al hotel, dibujé como pude lo visto para que la memoria no me fallase.  Intentaré describir lo que vimos: había 7 niños (parecían chicos pero con el pelo tan corto y vestidos iguales era difícil comprobarlo), cada uno en su cuna, de edades comprendidas entre 1 y 3 años.


En la cuna abultaba más una manta de gran tamaño que el propio bebé. Preguntamos por qué les cubren con una manta cuando estamos a 35º C y nos dicen que es para protegerles de las corrientes y de los catarros. Esto es algo que nos hemos encontrado habitualmente en China, abrigar mucho a los niños cuando nosotros estamos vestidos con tirantes y chancletas.

Los bebés tienen granitos en la piel, están muy blancos. Nos miran desde sus cunitas sin mostrar ninguna emoción. Sólo dos lloran cuando nos acercamos. El olor  a rancio, a cerrado y a humedad es tremendo.

No me atrevo a preguntar si es posible coger a un niño en brazos. El respeto a sus futuros padres y el silencio de la sala me lo impiden. Durante mucho tiempo había fantaseado sobre cómo sería este sitio y ahora que por fin estoy aquí, casi no me atrevo a moverme. Además, el séquito de personal que nos sigue me impresiona. Seguramente no lo hacen con mala intención, pero se crea un ambiente que no nos permite movernos con espontaneidad.

Sólo nos dejan acceder a esta sala, dicen que son los mayores y que el resto están durmiendo la siesta. Lo cierto es que estos niños estaban dormidos cuando hemos llegado.

Una cuidadora se asoma desde un pasillo que accede a la cocina pero rápidamente se oculta.

Preguntamos si es posible hablar con ella. Nos dan evasivas. Está claro que en su planteamiento no está el que hablemos con cuidadoras. Probablemente porque provienen de zonas rurales, físicamente son diferentes (pelo ondulado, piel muy morena), hablan un dialecto y me temo que las consideran prescindibles. Es algo que hemos notado en otras zonas de China: cierto clasismo que les lleva a no mezclarse unos con otros.

Damos así por finalizada la parte más interesante de la visita, aunque la sorpresa estaba por llegar.

Salida de la visita, ya habíamos visto a los niños (ver dibujo)

Patio central de la Casa de Bienestar, estaban ampliando para ancianos. La esperanza de vida aumenta y se necestia menos espacio para niños, ya que cada vez hay menos abandonos.


Cuando estábamos montando en la furgoneta que nos llevaría al restaurante, vimos a unas mujeres que nos observaban en el patio, junto a las obras de ampliación del edificio de ancianos. De ese punto venía Lei Jin Ying con nuestra guía. Pregunté quiénes eran y cuál fue mi sorpresa que con total naturalidad me respondieron que eran las cuidadoras. La niña había estado con ellas pero nunca sabremos qué sucedió en ese encuentro. Ella no lo recuerda y tampoco le dió mayor importancia.

Salté de la furgoneta gritando a Javi que atendiese a nuestro hijo y que tomara fotos, mientras cogí a Lei Jin Ying en brazos para plantarme delante de las mujeres. Por gestos, ofrecí que la cogieran.

El director del orfanato y nuestra guía me siguieron para "devolverme" a la furgoneta. Ibamos con retraso.

Aunque todo transcurrió en unos segundos, recuerdo perfectamente como una de las cuidadoras no pudo permanecer cerca de la niña y arrancó a llorar silenciosamente. El resto de las mujeres, nos miraban sonrientes y con los ojos brillantes.

La cuidadora que en la foto aparece vestida de azul, la segunda por la derecha, me miró directamente a los ojos, las dos emocionadas y ella más serena que yo. Le dije "xié, xié" ("gracias" en mandarín) y ella inclinó la cabeza en lo que me pareció un gesto de comprensión. Todo ello con la niña en brazos mientras yo estaba siendo empujada amablemente hacia la furgoneta.


LAS CUIDADORAS: no estaban incluidas en la visita, pero quisieron estar presentes. Las dos mujeres de la derecha habían cuidado de Lei Jin Ying. La que está de espaldas a la derecha arrancó a llorar cuando fui con ella. Por respeto, no se atrevieron a cogerla en brazos.

Ahora me es fácil darme cuenta de que debía haber insistido en quedarnos a charlar un rato con ellas. No obstante, el haber recorrido más de 12.000 km para esos segundos de encuentros mereció la pena.

Pudimos comprobar que las cuidadoras quieren a nuestros niños. Algo que seguramente parece evidente para cualquiera que tenga hijos, pero hasta que no estuve frente a frente con ellas, no me dí cuenta de que eso era precisamente lo que nos había llevado hasta Leizhou: comprobarlo por nosotros mismos.



Fin de la visita: comida con el personal de Administración.  Extraño para nosotros dos, pero era su manera de atendernos con todo su respeto.


Tras la comida, nos ofrecieron visitar Leizhou, y lo recorrimos en la furgoneta. Quisimos deternos en el hospital donde encontraron a Lei Jin Ying.


El hospital de Lei Zhou



Nos indicaron el punto exacto donde fue encontrada Lei Jin Ying


La despedida fue emotiva, las rigideces de la visita desaparecieron por unos instantes.
                 
A la niña le regalaron un bolso infantil con cuadernos y un mapa de la zona (todo en chino) Lo guarda como uno de sus mayores bienes.
Al salir de Leizhou, volvimos a pasar por los mismos pueblos sencillos y llenos de polvo. El orfanato tenía mejores instalaciones y los niños que vimos parecían disponer de más recursos que algunos de sus habitantes.




Los cambios en China van a una velocidad espectacular. Mucha gente nos pregunta por qué fuimos a visitar Leizhou siendo la niña tan pequeña. Mejor sería esperar a que fuese mayor y pudiese recordarlo. Es verdad que esa es una gran ventaja pero estoy firmemente convencida que cuando ella sea mayor esta zona habrá cambiado.
Ahora nosotros tenemos más información y una idea sin prejuicios del entorno donde se crió. Y cuando nos pregunte sobre ello podremos contárselo en primera persona.

lunes, 27 de agosto de 2012

VIAJAR POR CHINA. LEIZHOU Y ZHANJIANG: PROVINCIA DE GUANGDONG, CIUDAD

VISITA A LEIZHOU Y ZHANJIANG (PROVINCIA DE GUANGDONG)

 
Salida de Zhangjiang
ABRIL 2011
Valoración: Escala del (-)1 al 5(+), los tamaños de la ciudad es en relación a la escala de las ciudades chinas.
RESUMEN DE ZHANJIANG (2 puntos):
Ciudad de tamaño medio, sucia y pre-desarrollada. Tiene dos visitas: Base Naval (2 puntos) y Jardín Botánico (4 puntos). Merece la pena alojarse una noche como punto de paso hacia la isla de Hainan. Segura, sin riesgo de robos.

RESUMEN DE LEIZHOU (1 punto):
Pueblo de tamaño grande, muy polvoriento. No tiene visitas. No dispone de hoteles de 4 o 5 estrellas (aconsejables en China: cada provincia asigna el nivel de estrellas y no sueles coincidir con la valoración europea, por lo que es preferible mínimo 4 estrellas)


Leizhou está muy próxima al mar y con vegetación. No obstante, es una zona cubierta de polvo proveniente de las canteras de piedra y cementeras de la región. Única industria que pudimos ver en nuestro recorrido.

Para llegar hasta allí, aterrizamos en Guangzhou y después cogimos otro vuelo de una hora aproximadamente hasta Zhanjiang. Seguramente se puede ir en coche pero el camino promete ser tan lento como el que va de Zhanjiang a Leizhou. Ese tramo lo tuvimos que hacer por carretera. Sin arcenes y a una velocidad máxima de 90 km/hora.
Población cercana a Leizhou
De Zhanjiang no hay mucho que decir. Lo primero que tengo anotado en mi diario es "!Qué ciudad más fea!". Aparte de tener una de las principales bases navales militares de China, el Jardín Botánico y una playa que intenta atraer al turismo interior, no hay más que destacar. No se parece en casi nada a Guangdong, es más mísera y sucia (ratas muertas, aceras desconchadas, tiendas sujetas con cartones...)

Merece la pena visitar el Jardín Botánico. Es muy grande y algo que agradecedmos los turistas y poco usual en China, hay poca gente. Y eso que lo visitamos un sábado. Se está invirtiendo en la ciudad, sobre todo en la zona de la playas-En unos años es muy probable que el centro y la costqa de Zhanjiang se ha transformado en una ciudad de turismo, más limpia y moderna.

Nosotros la hemos encontrado "a punto de".

Es una ciudad puente entre lo que hemos visitado en la capital de la provincia (Guangzhou) y lo que encontraremos en Leizhou, que pese a tener más de 1,5 millones de habitantes, no deja de ser un pueblo. En Guangzhou están orgullosos de sus parques y atracciones espectaculares, preparadas para entretener y asombrar. Y lo consiguen. Como ejemplo está el precioso parque Linhua.
Pero en Zhanjiang, ni los parques ni la playa consiguen recordarte que estas en la misma provincia.
Por supuesto, no hay turistas, ni siquiera chinos. Tan sólo en el viaje en barco para acercarte por mar a los astilleros de la base naval, encontramos turistas. Los cuales aplaudieron enfervorecidos cuando se anunció que en frente estaba la famosa base militar. Para occidentales como nosotros, que no tienen mayor implicación en el patriotismo chino, es un viaje aburrido. No se ve nada más que lo que ya se intuye desde la orilla sin necesidad de coger el barco y no se pueden sacar fotos por seguridad militar.
Nuestro hotel es el Hafree International, tiene 5 estrellas pero no lo parece (y seguramente es de los mejores). Tremendamente sucio, con estética comunista y ventanas que dan a un muro. Eso sí, disponemos de una tremenda habitación. Nuestra hija se puso a jugar a gatas por encima de la moqueta y en un minuto tuvo los pantalones negros. Hacía tiempo que no pasaban el aspirador.

Merece la pena el spa, es el único sitio donde puedes encontrar alguien que sepa inglés y tiene una imagen bastante glamurosa.
El resto de los servicios están burocratizados en exceso Como ejemplo casi nos quedamos sin desayunar por confundir el tiquet para el desayuno: entregamos el correspondiente a otra fecha y no había manera de explicar el malentendido. Y eso que ya llevábamos varios días alojados y éramos los únicos occidentales allí.

El desayuno deja mucho que desear (2 puntos): tiene poca variedad tanto en la parte de comida china como en la occidental.
En cambio, disponen de un restaurante chino-japones estupendo (5 puntos): barato, variado, buen servicio y no hay gente. Es muy recomendable la comida tepanyaki.

El personal no sabe inglés aunque sonríen y se esmeran por entendernos.
Casi todas las empleadas del hotel son chicas, muy delgadas y morenas de piel. En el norte y en la zona de Shanghai, la población es más alta y tienen un talle más ancho. Pero en general en Guangdong, son algo más bajitos y desde luego, bastante más estrechos (no lo comparo con mi talla, que es pequeña)
Apenas encontrabas personas andando en las calles. Aunque es una ciudad segura. Tan sólo había unos grandes almacenes que estaban prácticamente vacíos y eran muy, muy caros.
Esta ciudad es de grandes contrastes porque las pocas personas que compran son de un estatus alto. Hay edificios recientes (pocos) que destacan entre casas de una planta;  cuando no se trataba de casuchas de madera donde conviven una familia con sus gallinas y perros.
En la carretera hacia Leizhou circulaban coches de lujo que no son de imitación a los que los pequeños vehículos deben ceder el paso.



 

sábado, 25 de agosto de 2012

CHINA ADOPCIÓN. ORFANATO DE YANGZHOU, PROVINCIA DE JIANGSU


LA VISITA A UNO DE LOS MEJORES ORFANATOS DE CHINA

DONDE INTERVIENEN A NIÑOS CON FISURA PALATINA Y LABIOS LEPORINOS, ADEMÁS DE OTRAS PATOLOGÍAS



ABRIL 2011



Arriba: edificio donde residen los ancianos. Foto de la izquierda: edifico donde viven los niños. En Abril hacía un calor de bochorno impresionante, por esa razón no usaban demasiado su bonito jardín.


Yangzhou es una ciudad próspera. Abundan los coches de marca y un ir y venir de personas al trabajo en un mar de bicicletas. Pero en sus alrededores pueden verse muestras de menor riqueza. El orfanato destaca de entre casas más humildes rodeadas de talleres y pequeños comercio


En realidad no es sólo un orfanato, sino como suele ser habitual en China, una Casa de Bienestar donde también disponen de una residencia de ancianos. Este es el edificio donde residen los niños y el que visitamos.

Yangzhou es una ciudad próspera, cercana a Shanghai y a Nanjin. Es bastante grande, aunque eso no sé si es decir mucho de una ciudad de China. Está muy cuidada, sobre todo el centro: edificios bajos, el techo negro y las paredes claras se alinean a las orillas del río que por la noche es iluminado con multitud de colores.

Volviendo al reciento, el edificio del orfanato  fue construido en el año 2009. Nuestro hijo no llegó a estrenarlo, le adoptamos 6 meses antes.

                                           "Antiguo" orfanato, en 2009 edificaron el nuevo

Podemos garantizar que las instalaciones son exactamente como aparecen en la página web. Espectaculares.

MAQUETAS DE LAS INSTALACIONES

SE PUEDEN VER EN LA SALA DE

RECEPCIÓN, LUMINOSA Y ESPACIOSA



Extremadamente limpio, con mucho espacio y afortunadamente para el pueblo chino, con pocos niños: unos 20 niños de ambos géneros con edades comprendidas entre los 2 y los 4 años. Niños muy, muy alegres, que circulaban entre las diferentes salas de juegos y dormitorios con confianza.


(Nota: las fotos están en tamaño pequeño con objeto de proteger las imágenes de los niños)


 La visita cumplió con creces nuestras expectativas. Nos recibió la Jefa de Administración, la persona con la que contacté a través de su web y que nos invitó a verles. Para hacer más relajada la espera mientras estábamos preparando el viaje, se tomo la molestia de enviarnos fotos de Yang Jun Liu cuando estaba con ellos.



El tono de la visita fue organizado pero informal, pudiendo movernos libremente por todas las salas que podemos asegurar eran muchas. También estubimos con los niños con total confianza por su parte  y por las de las cuidadoras.

Cuando el personal sabía que estaba allí uno de sus niños, salían a vernos y al reconocer a Yang Jun Liu daban muestras de alegría.


Pero el niño no recordaba a nadie y tampoco le importaba. Desde el principio se fijó en un oso de peluche y era lo que llamaba su atención todo el tiempo. Lo arrastró por todos los pasillos.


Cuando llegamos, las cuidadoras estaban hablando entre sí sentadas en semicírculo al fondo del pasillo, rodeadas por los pequeños que se subían a sus brazos y se bajaban con la misma velocidad que vinieron a vernos diciendo: pa-pa, ma-ma (en chino suena igual que en español).


Una de las cuidadoras, lo había sido de nuestro hijo tan sólo 2 años antes y vino emocionada a cogerle en brazos.



Pero él, así como su hermana, no pensaban en otra cosa que acompañar en sus juegos al resto de los niños.














Tenemos muchas fotos de esos momentos, pero no nos parece adecuado publicarlas sin autorización de sus futuros padres.

Si alguna persona de las que leeis esta publicación, habéis adoptado en este orfanato y creéis que podemos tener fotos de vuestro bebé,  poneros en contacto sin dudarlo con nosotros y os ayudaremos en lo que sea necesario.


El edificio se distribuyen en diferentes salas de juegos y comedores, adaptados a las diferentes edades de los niños. A los mayores de tres años les llevan a un colegio cercano, vimos cómo venían con su cuidadora en una fila ordenada.

 Sala de los bebés, no pudimos entrar con objeto de proteger su salud. La foto está hecha desde la cristalera del pasillo central.
 Los Ositos también visitaron el orfanato con
nosotros. Menos mal que había dos.
 Sala de juegos de los mayores. El orfanato se les ha quedado grande, sobran salas.
 Hay varias fotos por los pasillos de los orgullosos empleados y de cómo son formados por los médicos voluntarios.

 En todo momento sorprendía la soltura con la que nuestros hijos visitaban el orfanato, y más teniendo en cuenta que veníamos de visitar el orfanato de la niña en Leizhou (provincia de Guangdong), una Casa de Bienestar bastante diferente de la que estábamos visitando.



Este, es un orfanato que está acostumbrado a las visitas y se notaba también en lo habituados que estaban los niños a ver occidentales.



Disponen de una sala de exposición, donde hay fotos de carnet impresas en la pared de todos los niños que han sido cuidados allí. También muestras regalos y fotos que han enviado las familias tras la adopción. Y por si fuera poco, un reportaje completo y didáctico sobre las operaciones de labios leporinos y fisuras palatinas.


Este orfanato es reconocido en la zona por su hospital (que también pudimos visitar), donde operan cirujanos voluntarios de Hong kong. Junto con la sala de psicomotricidad, están preparados para atender a pacientes de la región.

 
Incluso tienen habitaciones para los padres de niños que no viven en Yang zhou y que tienen que permanecen ingresados varios días.

Todo nos pareció tan fácil e idílico, que se nos olvidaba que en realidad esos niños no tenían padres (todavía). Pero es porque les rodeaba gente que les quería y entre todos, parecían una gran familia.

No es de extrañar, que el primer día que adoptamos a Yang Jun Liu, se durmiera en los brazos de Javi. Esa confianza que depositó en nosotros desde el principio, la había practicado con sus cuidadoras.

jueves, 23 de agosto de 2012

VIAJAR POR CHINA. GUILIN, PROVINCIA DE GUANGXI

PARA VIAJEROS... GUILIN, PROVINCIA DE GUANGXI

MAYO 2007
Valoración: Escala del (-)1 al 5(+), los tamaños de la ciudad son en relación a la escala de las ciudades chinas.


Terrazas de arroz, a dos horas de Guilin




Centro de Guilin


Llegamos a Guilin en avión desde Guangdong. No hay vuelo directo desde ninguna capital europea.

Es en el aeropuerto de Guangzhou donde descubrimos que Guilin, en realidad, se pronuncia "Cuilin", así que preguntanto, preguntando...descubrimos nuestra puerta de embarque.

El vuelo dura unas 2 horas y va lleno.
Somos los únicos occidentales, el resto de pasajeros son en su mayoría hombres de negocios que hablan muy alto, duermen en el avión y vistes un traje gris. El ambiente no obstante, es alegre.

En Guangxi (4 puntos) hace el mismo calor y humedad que en el resto del sur de China en esta época. Y se siente el mismo efecto "bofetada" al salir del avión.

La primera anécdota de este viaje, es descubrir que en la carretera de doble sentido que comunica la ciudad con el aeropuerto, los coches no pasan de 90 km porque tienen preferencia !las manadas de búfalos! que guiadas por el pastor, cruzan alegremente la carretera.

Guilin (3 puntos), si la comparamos con otras ciudades chinas, no es grande. Aunque está tan atestada de gente y sobre todo de bicis, como el resto de las capitales de provincias chinas.

En las afueras hay un Zoo bastante grande. Los zoos antiguos como este no suelen alojar a los animales en las mismas condiciones que en Europa. Hay menos higiene y menos espacio en general. Por esta razón y por anunciarse como el único zoo donde se puede presenciar el enfrentamiento entre un oso y un búfalo, decidimos no visitarlo.

La ciudad en general no es muy bonita pero tiene dos cosas que merecen la pena su visita: el paisaje que la rodea (5 puntos) y su enorme parque central (3 puntos).

El paisaje es cárstico, las típicas montañas verdosas que vemos en las postales. Para que se pueda disfrutar de esta vista, las autoridades impiden que se construyan edificios de más de 8 o 10 alturas.

Y el parque... !Además de estar muy cuidado es ideal para los que nos gusta pasear sin cansarnos! Puede ser recorrido a través de varios caminos que rodean el lago central. No es un parque tan grande, espectacular y concurrido como el famoso Parque del Oeste de Hangzhou en la provincia de Zhejiang. Pero también merece la pena una visita.

Por la noche iluminan los paseos con luces de colores y se llena de personas haciendo ejercicio, bailando o simplemente paseando.

Nuestro hotel es el Guilin Bravo Hotel (3 puntos). Está justo en frente de una de las entradas al parque aunque algo alejado de la principal calle de la ciudad (unos 30 minutos andando). No es un hotel que destacaría pero tampoco se le puede poner pegas.

Esta calle central,  en realidad es una gran avenida peatonal, repleta de restaurantes y tiendas (3 puntos). Por la noche además hay un gran mercadillo donde se pueden encontrar artículos destinados al turismo interior: tes, fruta y otros comestibles frescos en su mayoría. Ropa, juguetes y algo de artesanía.

En resumen, Guilin es una capital que puede ser visitada en 1 o 2 días de un modo muy agradable mientras se prepara el viaje para recorrer la provincia, que es una de las más bonitas y que reflejan la cultura antigua de China.






martes, 21 de agosto de 2012

CHINA ADOPCIÓN: CUENTO PARA MI HIJA


CUENTO PARA LEI JIN YING


(El objeto de este cuento, era contar a mi hija su origen a una edad en la que apenas sabía hablar. Cual fue mi sorpresa, que le gustó y que todavía es uno de sus cuentos favoritos. A su hermano también le gusta, sobre todo cuando imitamos el sonido del avión)

Había una vez, una mamá y un papá que vivían en Pamplona. Los dos papás se querían mucho y eran muy felices, pero estaban un poquito tristes. ¿Y por qué? Pues porque les faltaba una hija para ser de verdad papás.

 Entonces, un día, pensaron: ¿Por qué no buscamos a una niña que no tenga papás y que quiera ser nuestra hija? Así podremos darle todo nuestro cariño, que además no se acaba nunca. Y así, será una hija de verdad y nosotros seremos unos papás de verdad.

Y se pusieron muy, muy contentos con la idea. Pero entonces, se preguntaron: ¿Y dónde vamos a buscar a esa niña ?¿En qué lugar podemos buscar? ¡!!Ah, ya sé, en China!!!- dijeron los dos a la vez- ¡!Que ese país nos gusta mucho y cuidan muy bien a los bebés en los orfanatos!! Los quieren mucho!!

Y dicho y hecho. Los papás (que todavía eran papás de mentira porque no tenían hija), cogieron un avión. Un avión muyyyyy grande, porque China es un país muyyyyyyy grande y el avión también tenía que serlo. Y ¡!!!Bruuuuuuuuuuuuuuuuuuuuum!!! El avión despegó y fue volando, volando, volando toda la noche hasta que por fin, aterrizó en el otro lado del mundo.

Entonces los papás fueron corriendo a buscar a su nueva hija, con mucha ilusión. Llegaron al edificio donde les habían dicho que estarían las niñas. Les hicieron pasar a una habitación muy bonita. La habitación era especial porque es donde se iban a encontrar por primera vez, y por eso habían puesto fotos de niños y muchos colores.

 Esperaron junto a otras personas que también querían lo mismo: compartir su cariño con un niño… hasta que por fín, llegó la primera hija. Venía muy guapa, con su cuidadora, y dijeron su nombre y el nombre de los que iban a ser sus papás. Y así fueron pasando todas las niñas con sus cuidadoras, y los papás que antes eran de mentira, se iban conviritiendo en papás de verdad y todos estaban muy contentos… hasta que por fin, llegó la última niña con su cuidadora.

Esa niña preciosa y pequeñita, era la hija de los papás de Pamplona. ¡!Qué contentos se pusieron!! Era Lei Jin Ying. Al principio se asustó un poco porque era pequeñita y no sabía hablar y no entendía por qué estaba allí con dos desconocidos de nariz muy larga y piel pálida.

Pero cuando se fueron los tres juntos al hotel, Lei Jin Ying se dio cuenta de que la querían muchísimo y que eso era tener papás.

Muy felices, cogieron el avión grande para volver a su casa, a Pamplona. Y el avión despegó ¡!!!Bruuuuuuuuuuuuuuuuuuuuum!!! y fue volando, volando, volando toda la noche hasta que por fin, aterrizó en su ciudad.

Cuando pasó un año y los papás vieron que todavía tenían mucho cariño para repartir y que no se iba a acabar nunca, le dijeron a la hija: ¿Quieres tener un hermanito? Podemos adoptarlo  en China, el país donde tú naciste.  Y Lei Jin Ying dijo que sí. Ella también tenía cariño para sus papás, sus abuelos, sus tíos y amigos. Como era un cariño que tampoco se le acababa, iba a tener para su hermanito.

Y así fue como Lei Jin Ying, volvió al país donde había nacido, para ir a buscar a su hermanito y llevarlo a su casa.

Y desde entonces, todos viven muy contentos, la hija y el hijo con los papás. ¡Ahora si son una familia de verdad!